Estoy viviendo en un lugar de la Costa Atlántica, donde el mar me acompaña los 365 días del año, es un privilegio? Sí, claro que lo es para mi, sentarme en la playa y tener largas conversaciones internas en compañía de ese inmenso océano me hace bien, creo que sólo él sabe de mis debilidades mas íntimas y de mis luchas internas diarias.
Me conoce enojada, triste, contenta, sabe de mis pros y mis contras
porque todo le cuento sabiendo que nunca dirá nada, todo lo guardará como un
gran secreto entre los dos en cada rompiente de ola. La verdad es el compañero
ideal.
Suelo visitarlo
durante todo el año, y son tan interesantes las conversaciones que me hace
olvidar del viento suave de otoño, de los intensos fríos del invierno. Ya en primavera viene acompañado con rayos de sol que
aunque aún débiles me envuelven en un abrazo super cálido que me hacen
acurrucar entre la arena y el cielo.
Todo es tan romántico
en nuestra relación que voy a su encuentro cuando a lo lejos escucho “ESTALLÓ EL
VERANO”!!!(no entiendo bien lo que quieren decir.. pero tampoco le doy
importancia)
Bajo las
escalinatas de la rambla corriendo con
mucho entusiasmo porque me nace esa necesidad imperiosa de contarle lo que esta sucediendo en mi vida…..al llegar al fin de
las escaleras mi cabeza gira para un lado y para el otro con el fin de verlo,
no había forma. , mi ansiedad empezó a atacarme y la culpa siempre latente en
mí me llevó a la ridícula conclusión que lo había cansado con mis historias y había
decidido ahogarse con su propia agua después de escucharme la última vez.
Ansiosa, con
nervios recorriendo todo mi cuerpo decidí avanzar… tenía que encontrar una
explicación a lo que estaba viendo. Tenía que encontrarlo!
En mi marcha pedí
disculpas a los padres del niño que en su juego de enterrarse en la arena, no
lo vi y aplasté la cabeza del pequeño… enterrándolo aún más… se los notaba muy enojados mientras le sacaban grandes porciones
de arena de la boca , pero yo no podía detenerme ante eso, tenía una misión mas
importante, que era encontrar a mi compañero, el mar.-
Avancé como pude,
dejando atrás los insultos de aquellos padres y de algunos que lo animaban… fue en ese momento
cuando llegó el pelotazo a mi cabeza,( pelota número 5 de cuero), se me nubló
la vista, me sentí muy mareada pero me animó el muchacho que me agradecía por
haberles evitado un gol en contra , me sentí héroe por un segundo, le sonreí, luego
me desmayé.-
El desmayo no sé cuanto
duró, si cinco minutos o una hora, pero de algo estoy segura es que debo haber
caído con cierta elegancia porque nadie vino a mi socorro pensando que me había
tirado a tomar sol.(nunca pierdas el glamour ni para desmayarte).- Al despertar
recordé cual era mi misión, tenía que encontrar al mar.
Me puse de pie sacudiéndome
la arena de mis cabeza y cuerpo ,( tardé bastante porque mi cuerpo ante su
tamaño necesita tiempo de sacudida) seguí mi marcha.
No habré caminado
dos metros que sentí como un latigazo en mi oído derecho despertó mi otitis
crónica,PANCHOOOOOOOOOOOO, PANCHOSSSSSSSSSSSSSS, CALENTITOS LOS
PANCHOSSSSSSS!!!!!!!!!.... temí que el tímpano hubiese estallado como el verano.-
Mientras me hacía
una especie de prueba de sonido de mi oído derecho por el oído izquierdo entraba
el sonido de CHOCLOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, CHOCLOOOOOOOOOOO, CHOCLOOOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSSSSS..
un carrito empujado por una señora y un señor fue invadido de gente que
compraba sus choclos a mil pesitos cada uno.
Nada me importaba
a mi, voy a cumplir con mi deseo de encontrarte, me repetía incansablemente…
allá voy….
Empezé a recorrer
un especie de laberinto de sombrillas, carpas, y pozos de arena que me hicieron sentir como en un juego de obstáculos
Mientras observaba
como madres retaban a sus hijos porque se llenaban de arena, (a que carajo los
traen? Me preguntaba), un circulo de madera impactaba en mi rodilla dejándome
renga, comprendí la falta de experiencia en el juego de tejo que tienen
algunos.
Renga y un poco
sorda, continué mi búsqueda. Habían pasado aproximadamente dos horas desde que
el reloj había marcado las 12 del mediodía, y en esas dos horas el sol había hecho
de las suyas en mi piel. La noté demasiado roja aunque quise ignorarla para
llegar a mi fin.-
Pasaron aproximadamente
tres horas y media cuando llegué a visualizar a mi compañero, el mar… le regalé
una sonrisa de satisfacción y una mirada de complicidad, acomodé mi silla en el
pozo que habían hecho algunos que era el único lugar disponible de toda la
playa y cuando quise contarle de mis cosas y charlar con él ya no pude hacerlo
porque nos interrumpían con el grito HELADOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
HELADOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, ANTEOJOOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS, ANTEOJOSSSSSSSSSSS
DE SOLLLLLLLLLHELADOOOOOOOO, SOMBRILLASSSSSSSSSSSSSSSSSSS , JUEGO DE PALA Y BALDE PARA SUS
HIJOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS,
CHOCLOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS,
CHURROSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS,
CHURROS RECIEN HORNEADOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS,
RELOJESSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS , VENDO
RELOJESSSSSSSSSSSSSSSS, CHURROSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Decidí que no era
nuestro momento y me despedí.-
Volví a casa cansada, sorda , renga y con quemadura de tercer grado.
Para algunos estalla el verano, para otros, como para mi, nos estalla la cabeza de pensar que eso son las ansiadas vacaciones de descanso y disfrute que pueda desear algún argentino.-